miércoles, 17 de febrero de 2010

LA LUPA 528

528- Historia: Las cartas inéditas de Isaiah Berlin, publicadas por Revista de Occidente



Momentos dramáticos



En esta LUPA 528 nuevamente busco publicar cartas y más cartas demoradas. El evento del próximo martes 19 en el Tec de Monterrey, Unidad Culiacán, será a las 12 horas, mediodía, en el salón de usos múltiples con capacidad para 120 personas. Están todos invitados, abuelas y abuelos, adultos medianos, jóvenes egresados, estudiantes de maestrías, pero en especial maestros y estudiantes de ese y otros centros universitarios.Como ya informé ayer, examinaremos los escenarios probables para México en este y los próximos años tanto en el ambiente político, económico y social como en el de los negocios lícitos e ilícitos. Espero un generoso diálogo con «los que lleguen», como decía el inolvidable Cananea Reyes, sean tres o treinta. La entrada es libre. Cualquier duda con la Lic. Monica Nieto al celular (667) 2290451.








1- Cartas inéditas: En la edición julio-agosto del 2009 --no muy bien cuidada, por cierto-- de la Revista de Occidente, fundada en 1923 por el gran filósofo español José Ortega y Gasset (1883-1955), leí los siguientes fragmentos escritos por el filósofo e historiador Sir Isaiah Berlin (1909-1997), un destacado judío liberal, excelente ensayista y ávido lector que trabajó para el Servicio Diplomático Británico. Las siguientes notas son extractos de unas cartas escritas y enviadas por Berlin a unos editores canadienses que tenían intención de publicar un libro sobre cómo reaccionaron personajes célebres ante los momentos más dramáticos del siglo XX. El libro nunca se publicó y estas cartas han quedado como un valioso testimonio inédito de las reflexiones de Berlin sobre el siglo XX. Las reproduzco aquí porque me fascinan las vivencias personales de la historia. Pensé en las y los jóvenes que leen estas LUPAS y que no vivieron durante estos acontecimientos decisivos en el siglo pasado. Los subrayados y algunas fechas son de mi cosecha.






2- Revolución rusa: En febrero de 1917 aún no había cumplido ocho años, y mis impresiones eran, como se pueden imaginar, más visuales que sociológicas. Recuerdo que fui despertado por mis padres, me asomé al balcón de nuestro apartamento, que estaba en un sexto piso, y vi una gran multitud blandiendo pancartas en las que había escritas frases como «tierra y libertad», «abajo la autocracia», «abajo el gobierno del zar», «todo el poder para la Duma», y otras por el estilo. Las tropas, más que marchar, andaban en formación hacia la multitud, y cuando los soldados la alcanzaban parecían mezclarse con ella de forma pacífica. A mí todo eso me parecía fascinante y no me podía apartar del balcón. Ese día mismo día, cuando me sacaron a pasear vi un espectáculo aterrador; un policía evidentemente leal al gobierno zarista, del que se decía que había estado disparando a los manifestantes desde un tejado, era arrastrado por una turba hacia un terrible final. El hombre estaba pálido y aterrado y parecía luchar débilmente contra sus captores. Esta imagen se me ha quedado grabada y me ha imbuido un horror permanente hacia cualquier tipo de violencia.






3- Pearl Harbour: El 7 de diciembre de 1941 muchos americanos escuchaban una retransmisión por radio desde el Carnegie Hall. Esa tarde invernal, Arthur Rubinstein interpretaba un concierto de piano con la Filarmónica de Nueva York cuando de repente el programa fue interrumpido con el anuncio de que los japoneses habían bombardeado Pearl Harbour. Tanto en la sala de conciertos como en sus casas el público se sintió horrorizado por la noticia. En Inglaterra, sin embargo, el susto por el ataque sorpresa fue compensado por una sensación de alivio, ya que los británicos se dieron cuenta de que los americanos entrarían en guerra y respaldarían a las tropas de la Commonwealth y de Rusia con dinero, equipamiento, armas y sus ejércitos. Anthony Eden, a la sazón ministro de Asuntos Exteriores de Winston Churchill, estaba viajando a Rusia para reunirse con Stalin cuando recibió una llamada del primer ministro, que le informó de lo ocurrido en Pearl Harbour. Al igual que Churchill, Eden se sintió aliviado y entusiasmado de que EEUU estuviera finalmente en la guerra. «Antes habíamos creído en el fin pero nunca vimos el medio, ahora los dos estaban claros», escribió en sus memorias. En aquel entonces yo estaba destinado en Nueva York como funcionario del Ministerio británico de Información, y mi trabajo consistía en dar a conocer a los periodistas y al público de EEUU datos sobre el esfuerzo bélico británico. Ese domingo almorcé en un hotel de Lexington Avenue, y tomé un taxi de regreso a mi oficina del Centro Rockefeller, ya que tenía trabajo atrasado. El taxista me contó lo ocurrido en Pearl Harbour, y no puedo negar que tras el shock inicial me sentí entusiasmado. Tras aquello, no había duda sobre qué bando ganaría la guerra. Al llegar a la oficina encontré a una colega inglesa que escribía a un norteamericano, voluntario en la aviación británica, que había caído prisionero en Alemania, y justo cuando estaba a punto de compartir mi entusiasmo con ella, vi que la mujer estaba llorando. Lo sentía por EEUU, ella había creído con Roosevelt que su país podía ganar la guerra sin entrar en ella, y pensar en las pérdidas que aquel país iba a sufrir la angustiaba profundamente. Hice lo que pude por convencerla de que compartía sus sentimientos, pero no era sincero del todo. La dejé para ver a mi jefe, que estaba exultante, como creo que lo estaban casi todos los británicos que vivían en EEUU.







4- La crisis de los misiles: Octubre del 1962. Por aquella época era profesor visitante en Harvard. Escuché las noticias de la radio en compañía de un gran número de estudiantes que se habían congregado en una de las salas de la universidad. Los estudiantes, así como uno o dos profesores, estaban muy deprimidos, la guerra les parecía inevitable, una guerra que supondría la utilización de armas nucleares y horrores inimaginables. Yo estaba convencido de que la Unión Soviética no se arriesgaría a una guerra global, que sólo había que temer el acto de algún loco en el poder, y que ni Kennedy ni Kruschev estaban locos en absoluto, como tampoco lo estaban sus colaboradores. Salí a cenar con un químico francés y tres historiadores americanos e intenté convencerles de que no había ningún motivo para inquietarse y mucho menos para caer en la desesperación: que el único problema era lograr que los rusos no sintieran que estaban cediendo demasiado y brindarles la posibilidad de una retirada digna. Poco después me di cuenta de que mi enfoque era totalmente erróneo, que el destino de la humanidad pendía de un hilo, que la posibilidad de una guerra global era mucho mayor de lo que cualquiera con autoridad en EEUU estaba dispuesto a admitir. Permanecí en mi propio paraíso de los tontos los cuatro días siguientes, mientras los demás me miraban como si estuviese un poco trastornado, lo que debía ser cierto. Mis amigos parecían preocupados por mi equilibrio mental. Estuve con Joseph Aslop y su esposa en una cena de despedida a Charles Bohlen, que había sido nombrado embajador de EEUU en París, cena a la que asistieron el presidente y la señora Kennedy. Ése fue el día en que las fotografías de las bases de misiles rusos en Cuba le fueron mostradas al presidente. Éste se comportó con mucha sangre fría, hablando sobre política y comentando las noticias del día de forma (aparentemente) ligera durante la cena, y en un tono más serio cuando las señoras se levantaron. Luego salió al jardín, donde habló con Bohlen, y sólo con él, sobre lo crítico de la situación. Pero como ninguno de los demás presentes sabíamos lo que había ocurrido, nuestro estado de ánimo no se vio afectado. La crisis, en lo que respecta al público, sólo estalló después de mi regreso a Harvard.






5- Asesinato de John Fitgerald Kennedy: El 22 de noviembre de 1963 llegué a la Universidad de Sussex para dar una conferencia sobre Nicolás Maquiavelo. Después de cenar con los anfitriones, me dirigía a la sala de conferencias cuando alguien me dijo: « ¿No es terrible?» Pensé ingenuamente que para quien me hacía la pregunta lo terrible era tener que dar la conferencia, ya que él sabía, como el resto de mis amigos, la agonía que sufro cada vez que tengo que hablar en público. De modo que contesté: «Sí, me siento fatal, pero supongo que tendré que pasar por ello». Minutos más tarde, otra persona me dijo: «Qué noticia más terrible ». Entonces me di cuenta de que algo había pasado y fui informado de que el presidente John F. Kennedy había sido asesinado.Me resultó imposible seguir andando. La última vez que me había ocurrido algo así fue cuando leí la noticia de la muerte del presidente Roosevelt, en 1945. En aquella ocasión estaba dictando un telegrama en la Embajada Británica, donde me encontraba destinado durante la guerra, y mi asistente entró con un mensaje arrancado del teletipo. «No puedo mirar nada mientras estoy escribiendo a máquina, por favor, no me interrumpa, en media hora habré terminado», dije, a lo que él contestó: «Creo que debe echarle un vistazo a esto».Cuando supe que Roosevelt había muerto me quedé un tiempo como paralizado. No quería hablar con nadie, el mundo en el que creía parecía haberse derrumbado. Me di cuenta de que mis sentimientos hacia Roosevelt y todo lo que él representaba eran más fuertes que los que en aquel momento sentía por cualquier otro ser vivo --hacia Winston Churchill sentía una admiración incomparable, sabía que había salvado nuestras vidas, pero mis simpatías estaban con los liberales y Roosevelt era mi líder, como lo era de todos los americanos que había conocido y que se habían convertido en amigos míos--. Nuestra esperanza de que se produjese un gran aumento de la justicia, el conocimiento, la libertad y la felicidad había desaparecido. Continué en un estado de letargo varios días. No cabe duda de que era poco realista: una prolongación de la era Roosevelt no habría logrado todas esas cosas, y su sucesor en muchos aspectos hizo más para convertirlas en realidad que el propio gran presidente. Pero en aquel momento no lo veía así.No me sentí tan afectado cuando me enteré de la muerte de Kennedy, pero él también, con todos sus evidentes errores, había sido un libertador y un héroe, situado siempre en el lado bueno de todos los asuntos públicos que importaban. Rogué que me dejaran descansar un cuarto de hora más o menos antes de comenzar mi conferencia. Bebí dos vasos de agua fría, entré en la sala y di la conferencia con toda normalidad. Estas dos muertes destacan claramente sobre otros acontecimientos, y no precisamente para mejor, y fueron los momentos más oscuros de mi vida. No pienso que la muerte de ninguna figura pública actual, aparte de los sentimientos que podría provocarme en el caso de que se tratase de un amigo personal, supondría para mí un impacto similar.






6- Guerra de los Seis Días: Junio de 1967. Durante la Guerra de los Seis Días estaba en Londres. Como otros muchos hombres y mujeres decentes, especialmente por supuesto mis compañeros judíos, me sentí terriblemente preocupado por la supervivencia del Estado de Israel. No tenía duda de que el presidente egipcio (Gamal Abdel) Nasser (1918-1970),no habría proclamado la Guerra Santa ni sus hombres habrían hablado de arrojar a los judíos al mar o arrasar sus pueblos sin estar seguros de que tenían suficiente apoyo militar para derrotar a los israelíes. Independientemente de cuáles fueran las razones que provocaron el estallido de aquel conflicto, el ciudadano medio británico tenía la impresión de que sería una guerra de exterminio, un segundo holocausto. El hecho de que ningún otro país ni tampoco las Naciones Unidas levantaran un dedo para ayudar a los israelíes era muy mala señal. Me enteré de la noticia de la victoria israelí al término de una cena con el embajador americano en Londres. Los políticos británicos y americanos presentes expresaron unánimemente su alivio ante el resultado. Sentí un entusiasmo tan irreprimible que le dije a quien estaba a mi lado, el director de un conocido periódico: «Esto demuestra que después de todo hay un Dios en el Cielo», a lo que él respondió: «Creo que aquí soy el único pro-árabe» --de hecho era amigo personal de Nasser--. Pensé que era el momento de mostrarse magnánimo y, como me sentía generoso, le felicité por su coraje social, ya que estaba rodeado de sionistas y simpatizantes. Este periodista estaba tremendamente entristecido por el resultado y se fue pronto. Mi esposa y yo nos quedamos hasta tarde y de camino a nuestro apartamento teníamos la sensación de andar en el aire. Se produjo una gran oleada de simpatía hacia Israel, incluso entre gente que hasta entonces no había dedicado un solo pensamiento a Oriente Medio; nada de lo que los comunistas y antisionistas pudieran decir en ese momento podía destruir el raro placer de sentirse --aunque acabó siendo un periodo muy breve-- unidos en un mismo sentimiento con la mayoría de nuestros compatriotas. Momentos como éste no pueden durar, aunque algunas veces, si uno tiene suerte, vuelven.







Respuestas de lectores/ escritores:








1- La mejor carta: Estimado Juan Francisco: Ahora si me forzaste a poner unas letras. Diste en el clavo con lo que escribiste. Yo soy de los que disfrutan los juegos en la computadora. Pero tengo 84 años, casi 85 con achaques y males que ponen en peligro la vida. Entre ellos tengo triple A. Pero soy también padre de familia. Tengo 7 hijos, 14 nietos y 5 bisnietos. No soy escritor ni tuve la dicha de muchos de ir a grandes colegios. Yo he estudiado solo, mucho y hasta la fecha sigo estudiando. Soy fanático de la lectura. Admiro tú forma de ser y expresarte así como admiro a muchos que te escriben. Pero para mí lo principal y más importante de mi vida es mi familia. Siempre he pensado que Einstein por muy sabio que crean fue y es para mí un ignorante. Abandonó a su esposa e hijos en pos de física. Hizo más mal que bien a la humanidad con su famosa bomba atómica. Pero volviendo al tema. Todo lo que me gusta lo estudio. Mi último trabajo fue la construcción y diseño de aviones. Me retiré cuando las computadoras entraron en función en la fábrica. Desde ese instante me di cuenta que harían muchos miles si no, millones de ignorantes. Ya no necesitaron quebrarse la cabeza metiéndose en ella las matemáticas, ecuaciones, cálculo, álgebra, formulas y demás. Ahora tenían la máquina que les decía como hacer todo. Se interrumpe el servicio y las empresas se paralizan. Nadie intenta tomar un lápiz y tomar notas para contestar tan pronto como el servicio vuelva a funcionar. Y sí, yo a mi edad juego esos juegos en la computadora, para distracción de mis problemas y tener activa mi mente. Lo que es más, luego me di cuenta de que tendría que pagar para repararla y no estaba dispuesto a eso. Me serví de ella para aprender como construirla y componerla. Es tan fácil como no te puedes imaginar. Todo lo que otro puede hacer uno también puede hacerlo. Tú sabes, siempre hay un tonto más tonto que uno y un listo mas listo que uno. Pero el mantenerse activo con la mente en claro, es fácil con un poco de poder de la voluntad. Perdona que me haya referido a mi persona. No es bueno alabarse uno mismo o presumir de listo. Pero como te dije antes. Tus palabras me incitaron a escribirte. Te doy la gracias por permitirme leer tus LUPAS. Es una magnífica escuela para tu servidor. Siempre lo he dicho. No estudiar es malo, no querer estudiar es peor. El último de tus amigos y admiradores. No es necesario que publiques esta carta que no es de la importancia para tus lectores. Gracias por tus LUPAS. Yo….Raúl I. Sais, 34 años luperos, San Diego CA. (Es un honor tenerte de lector, Raúl, que Dios te conceda salud y más años de vida, repite que escribes muy bien).







2- Juan Francisco:Los terribles e inexplicables acontecimientos ocurridos al pueblo de Haití, uno de los pueblos más pobres de la tierra son anonadadores. La incomprensión y dudas que estos sucesos acarrean en la humanidad es devastadora. Siendo el sufrimiento en el mundo la causa principal de la negación de la existencia de lo que algunos de nosotros llamamos Dios, es necesario y urgente que estos sucesos sean vistos en su perspectiva correcta. La única explicación que se me ocurre es que estos hechos representan—ante nuestros sordos oídos—un desesperado llamado de atención que nosotros no escuchamos. Aunque no lo digamos, la mayoría nos quedamos fríos e indiferentes. (Es algo que les sucede a otros) Algunas personas buenas quieren y desean ayudar acudiendo a los centros de acopiamiento a llevar su colaboración. Las pobres oscuramente presienten su deber, sienten ‘el llamado’ y por ello su inmediata respuesta. Son buenas personas que también merecen compasión, porque como la Verdadera Realidad es interna e invisible, algunos sólo reaccionan con una respuesta exterior que siendo en este mundo necesaria, el llamado, sin embargo, es otro. Tan otro, que Dios se ve precisado a inmolarse nuevamente a sí mismo ante los ojos del mundo en el cuerpo del pobre pueblo Haitiano. ¿Por qué en ellos? Según yo, porque los pobres son los expertos en cuanto a sufrimiento y ya lo dijo Jesús en el Sermón de la Montaña: "Bienaventurados los que sufren y los pobres de la tierra, porque ellos verán a Dios". El mundo también—tardíamente, como siempre—se moviliza y pone toda su capacidad de ayuda, que sin este todo interno, lo que se hace es inútil. Se sigue actuando sin escuchar. ¿Qué derecho tengo yo para pensar que mi explicación es la correcta? Ninguno. Salvo que yo mismo no encuentro otra… Juan Zubiaga Gaxiola, 24 años luperos, Los Mochis, SIN. (Magnífico comentario, tocayo, es una interpretación de una tragedia con una profunda visión sobrenatural. Un abrazo muy cordial para un puntal de las LUPAS).







3- Querido Juanfra: Te escribo de entrada así con cariño, por que ya formas parte de mi vida, como de la de muchísimos “luperos” que han reconocido que tu labor tan positiva nos ha servido en nuestra existencia; y, además, por que sólo personas de buen corazón dan como tu das y hacen feliz a la gente como tu lo haces. Te hago la aclaración antes de que pienses, que con eso de que está de moda ser “gay” haya cambiado mis gustos y ahora te “apapacho”. Haré todo lo posible por ir a Culiacán, me suenan interesantes los temas que mencionas, sobre todo el futuro económico y social de México cuyo problema fundamental está en la escasez de fuentes de empleo y en la educación. Por lo que hace al desempleo, en Los Mochis hay una bomba de tiempo a punto de tronar ya que los dueños del ingenio azucarero decidieron cerrarlo, se dice que declararan la quiebra, lo cual, al decir de los propios empleados que han participado en la administración no hay razón para ello, ya que año con año los resultados de las zafras han sido buenos; por lo que amerita la urgente intervención del gobierno para que, si es necesario, haga lo que hizo el Gral. Lázaro Cárdenas del Río, expropiar la empresa y dársela a los trabajadores para que la administren. Esto pasó en 1938 cuando ante el abuso de los administradores del ingenio propiedad de Benjamín Francis Johnston que explotaban a los trabajadores tanto de la fábrica como del campo, se expropia a la United Sugar Company el ingenio y terrenos cultivados por dicha empresa así como casi todos sus activos fijos, y en enero de 1939 surge la Sociedad de Interés Colectivo Agrícola y Ejidal Emancipación Proletaria, sociedad de responsabilidad suplementada, que hoy es recordada como la SICAE, y aunque no administró al ingenio, si mejoró la situación de los trabajadores durante algunos años, ya que posteriormente el mismo gobierno federal destruyó lo que construyó Cárdenas. Pero esa es otra historia. El asunto es de vital importancia para nuestra región, hay millares de familias que dependen directa o indirectamente de esa fuente de empleo. La vox pópuli menciona que los terrenos son muy valiosos y que allí se ubicarían centros comerciales o edificios de oficinas tipo World Trade Center que sin mucho esfuerzo traerían para sus propietarios más ganancias individuales que las sociales que puede dar un ingenio, sobre todo si los desempleados se pasan al bando del Chapo Guzmán, Mayo Zambada, y otros adoradores de Jesús Malverde, el patrono de los narcos que repartía sus botines entre la gente pobre. Señores de la Federación: ¿Qué quieren que produzcamos, azúcar o drogas? En tal virtud, ojala alguien le pueda decir a los dueños las palabras de San Josemaría Escrivá de Balaguer: “Si eres tan miserable, ¿cómo te extraña que los demás tengan miserias?” (Camino. Consideración 446, Pág. 142). A lo mejor se les ablanda el corazón y cambian de parecer para evitar que el pueblo de Los Mochis contraiga mas penas de las que actualmente sufre. Oremos por esta súplica. Hasta pronto, Dios mediante…C.P. Bernabé López Padilla, Los Mochis, SIN. (Eres bien correspondido, Bernabé, yo también quiero a mis amigos, a los que trabajan con alma para el bien común y para la alegría de los demás. Ojalá pueda verte en Culiacán, y si no puedes ir, pues armamos algo en Mochis y así conozco a mi tocayo Juan Zubiaga, otro cuarto bat, y a otros(as) luperos. Un abrazo).









4- Estimado Kiko. Ya leí el libro del Cardenal Martini que recomendaste. El Cardenal pide una “nueva mirada” al asunto de la sexualidad, cuarenta años después del Concilio Vaticano II. Dice que quien dirige la Iglesia hoy, es decir Benedicto XVI, puede “indicar una vía mejor que la propuesta por la Humanae Vitae”. Sobre la homosexualidad, el cardenal dice con sutileza: “Entre mis conocidos hay parejas homosexuales, hombres muy estimados y sociales. Nunca se me ha pedido, ni se me habría ocurrido, condenarlos”. Martini asombra con una curiosidad intelectual sin límites. Confiesa que cuando era Obispo de Milán le preguntaba a Dios: «¿Por qué no nos ofreces mejores ideas? ¿Por qué no nos haces más fuertes en el amor y más valientes para afrontar los problemas actuales? ¿Por qué tenemos tan pocos curas?». Gracias por estas lecturas….José Dolores Martínez, Tlalpan, DF. (Muy buena carta, José).






5- Excelente artículo este de la LUPA 523 - Hijo homosexual. Saludos cordiales…Jesús Alfonso Nieves Asúnsolo, 63 años, Hermosillo, SON. (Un abrazo, Jesús Alfonso, repite).






6- JF: OH Dios... no me gusta esta aplicación de la gramática, no me gusta y no me gusta... ¡he dicho! El uso de la coma, pero sobre todo, el uso del pensamiento en el uso de la coma, refleja nuestra verdadera forma de pensar, y en extremo, de actuar. ¡Cuidado! Julio Cortázar escribía: 'La coma, esa puerta giratoria del pensamiento'. Lean y analicen la siguiente frase: “Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría en cuatro patas en su búsqueda”. Vean más abajo…Si eres mujer, con toda seguridad colocarías la coma después de la palabra mujer. Si eres varón, con toda seguridad colocarías la coma después de la palabra tiene. Muy interesante…Margarita Guerrero Rodríguez, Proveedora de Servicios Editoriales (Cursos de redacción, gramática, géneros periodísticos, todo lo relacionado con imagen escrita y corrección de estilo, cel. 66 21 89 06 72), Hermosillo, SON. (Un saludo, Margarita, debemos impulsar tu labor).







7- Estimado amigo: Extrañaba tus escritos, parecía que me habías olvidado, espero estés bien y te comento que tus envíos me divierten mucho, me ilustran, aprendo y me agrada mucho el estilo, la agudeza y la calidad que le imprimes. Soy buen amigo de Jose Luis González Iñigo a quién le gusta mucho el béisbol, pero nunca la hizo, te comento que fue el deporte de mi vida, asistí a ocho campeonatos nacionales por Jalisco, a un Panamericano en Chicago y algún tiempo en el beisbol profesional. Te felicito y no me olvides….Leonardo Placencia Enríquez, Guadalajara, JAL. (Bienvenido, Leonardo, yo no me olvido de nadie, y menos de un amante del beis, el problema es que yo no controlo a quienes llegan y a quienes no llegan estas LUPAS. Mientras no le pongas correo deseado, habrá problemas. Mi hermano sí la hizo en el beis, fue contratado por los Broncos de Reynosa, buen brazo y muy buen bat. Está en el salón de la fama del TEC. Felicidades).











8- Estimado Juan Francisco: A 61 años de que Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna fundaron el Partido Acción Nacional, éste llegó a la Presidencia de la República a través de Vicente Fox, a quien sucedió Felipe Calderón, y ambos quedaron en deuda con México. Ni Fox ni Calderón ponderaron que el PRI, con todas sus fallas, dejó un sistema de gobierno con aciertos, costumbres y mañas, que no podían mandarse al albañal de un plumazo, sino asumirlas, estudiarlas e irlas cambiando conforme a la evolución que ellos imprimieran al país, para no despeñar la alternancia en el poder. Calderón protestó como Presidente con el apoyo del PRI, pero no supo asumir el poder como debía; mostró demasiada complacencia con los subversivos, de la que se aprovecharon tirios y troyanos para tomarle pronto la medida. Decir esto es blasfemia para los panistas, mismos que no han sabido respaldar a su Presidente, empezando por Fox y Espino, que lo atacan para hacerse autopublicidad, seguidos por Creel, que quiso irse por la libre en el Senado y fue removido de la coordinación de los senadores panistas. El cómodo dejar hacer y dejar pasar ha sido tónica de estos dos últimos regímenes, mientras los panistas dan muestras de chambismo y voracidad de grandes sueldos con algunos ribetes de corrupción ante la ineficacia que se les imputa; por lo que se dice que son igual de corruptos a los priistas y perredistas. Lo que tampoco les preocupa rebatir. Felipe inició el mandato con una guerra frontal al crimen organizado; metió de lleno al Ejército, pero sin los métodos más adecuados, pues anuncian los flancos a atacar y los capos vuelan, porque no van a entregarse cual inocentes palomitas. Eso alertó a los expertos de que la lucha no iba a fondo. Ha habido fuertes decomisos de droga y armas, capturas de importantes mafiosos y la muerte de Arturo Beltrán Leyva, el mayor capo frenado (14 días después detuvieron a su hermano Carlos) pero con mucha sangre y gran criminalidad en buena parte del país. Eso fortalece el clamor de que se revise la estrategia. Es patente que los gobernadores no respaldan este embate como era de esperar, y se sospecha que varios son cómplices, como el de Michoacán, Leonel Godoy, lo que se ha comprobado en muchos funcionarios, alcaldes, jefes policíacos y policías. Los gobernadores se erigieron en árbitros del país. Sin coordinación de Gobernación y menos el control que ejercían sobre ellos los regímenes priístas, no rinden cuentas del dinero que gastan a raudales ni apoyan los programas federales, más sí –con todo- a sus candidatos. No atacan la inseguridad pública ni la delincuencia, y en el presupuesto de egresos de 2010 se despacharon a lo grande y lograron derogar normas que los obligaban a rendir cuentas de algunas participaciones federales. Por desgracia las reformas legales estratégicas propuestas por Felipe han resultado inocuas por la forma como se han negociado sobre todo con el PRI, con las rabietas y delirio declarativo del disminuido PRD. Eso resaltó de nuevo la falta de oficio político y del uso adecuado del poder, desde el que debió emprenderse toda negociación. Cada quien saque sus conclusiones de este raudo balance, del que se puede disentir. Que el Niño de Belén nos dé mayores deseos de vivir para bien de México, en este 2010…. Salvador Flores Llamas, Periodista, México, D.F. (Muy bien Salvador, ojalá puedas hacer más breves tus cartas, para publicarlas a tiempo. Un saludo cordial).







9- Amigo Gonzalez Iñigo: En una de tus LUPAS dijiste que el que fuera amigo de Andrés La Flor Armenta también lo sería tuyo, para mi buena suerte te informo que me tocó jugar futbol americano con La Flor en el TEC de Monterrey allá por los sesentas y quiero que me consideres dentro del círculo de tus amistades. Por lo tanto y con el interés descarado de mi parte de seguir disfrutando de tus LUPAS, te ruego me incluyas en tu larga lista de lectores que con admiración disfrutamos de la idea tan desinteresada de tu parte, de compartir en un circulo muy selecto de gente pensante y libre de opinar de los acontecimientos políticos, religiosos, económicos y sociales que agobian al sufrido pueblo Mexicano. Sin tener la erudición de que algunos de tus lectores hacen gala, meteré mi cuchara para comentar lo que en LAS LUPAS lea, por lo pronto me permito enviarte mis mejores deseos de prosperidad y salud para ti y los tuyos en este año que se inicia y en los venideros, que espero sean muchos, también….Carlos Gama Duarte, LAN-64, ITESM, Mazatlán, SIN. (Con gusto, Carlos, Un abrazo y bienvenido con tu cuchara).







10- JF: Hay una frase de Dostoievski que me está acompañando en estos meses: «Un hombre culto, un europeo de nuestros días, ¿puede creer, creer verdaderamente, en la divinidad de Jesucristo, el Hijo de Dios?». Esta pregunta es un reto para cada uno de nosotros. De cómo se responda a ella depende el éxito de la fe en nuestros días. En un discurso de 1996, el entonces cardenal Ratzinger respondía que la fe seguirá siendo válida hoy «porque se corresponde con la naturaleza del hombre. En el hombre hay un anhelo y una nostalgia inextinguibles de lo infinito». La percepción de un vacío en nosotros y en lo que nos rodea, de la que habla Leopardi («carencia y vacío»), y el aburrimiento del que habla Heidegger, prueban la condición ineludible del corazón humano, el carácter inconmensurable de nuestro deseo: nada consigue darle satisfacción y paz. Podemos olvidarlo, traicionarlo, engañarlo, pero no podemos extirparlo. El signo más persuasivo de que Cristo es Dios, su mayor milagro, lo que asombraba a todos -más que las dolencias sanadas o la ceguera curada- era una mirada humana incomparable. El signo de que Cristo no es una teoría ni un conjunto de reglas es esa mirada de la que están llenos los Evangelios: su forma de tratar la humanidad de cada persona, de relacionarse con todos los que se encontraba. Pensemos en Zaqueo o en María Magdalena: no les pidió que fueran distintos, los abrazó tal como eran, con su humanidad herida, sangrante, necesitada de todo. Y su vida, al verse abrazada, recobraba toda su estatura original. ¿Quién no desearía verse mirado así ahora? Pero, ¿cómo sabemos que Cristo vive ahora? Porque su mirada no es un hecho del pasado. Sigue en el mundo tal cual: desde el día de su resurrección, la Iglesia existe sólo para que el hombre pueda experimentar la ternura de Dios, a través de las personas que son su cuerpo misterioso, testigos de esa mirada capaz de abrazar todo lo humano….Julián Carreón, presidente de Comunión y Liberación, Madrid, ESP. (Esta valiosa carta nos fue remitida desde Madrid por la periodista Natalia Martín. La carta fue resumida).






11- Juan Francisco, adjunto una versión, (colaboración de Antonio Orozco en la revista ARBIL). En el siglo XV hubo en Ávila un obispo llamado Alonso Tostado de Madrigal (el Tostado), alto exponente del pensamiento de su tiempo. Escribió muchísimo sobre lo divino y lo humano. De ahí que, de los que escriben mucho, se diga aún que «escriben más que el Tostado». Algunas de sus opiniones, que no preocupaban al Papa, resultaban demasiado audaces y sospechosas para algunos. Se cuenta que quienes se ocupaban de ayudarle a bien morir cuando se le aproximaba el lance, querían asegurarse de que amaneciera en el otro mundo con la fe ortodoxa y sin mancha; éstos, por lo visto, marearon la perdiz de tal manera que, sacando fuerzas de flaqueza, el Tostado exclamó: -Yo, ¡como el carbonero!, hijos, ¡como el carbonero!. El carbonero aludido por el buen obispo era muy conocido en Ávila. Se cuenta que en cierta ocasión le preguntaron: -¿Tú en qué crees? -En lo que cree la Santa Iglesia. -¿Y qué cree la Iglesia? -Lo que yo creo. -Pero ¿qué crees tú? -Lo que cree la Iglesia...Y no había modo de apearle de semejante discurso. Que la fe del carbonero descanse en paz. ¡Saludos!...Reynaldo Félix Pullen, Monterrey, N. L. (Gracias, Reynaldo, hermano de pensadores sonorenses, de lo mejor de mi tierra).








12- JF: Un documento obtenido por mis alumnos de un lugar semi-secreto de Condumex, y al puro estilo James Bond, muestra a nuestro héroe Lázaro Cárdenas dando ordenes al Gral. Rodolfo Herrero para asesinar al Presidente Venustiano Carranza. Fue un "arreglo" entre Obregón-Cárdenas- Ávila Camacho (los tres llegaron a la Presidencia). Se dice en dichas fuentes secretas de militares nacionalistas, que el asesino material no fue solo Herrero, sino un complot, como siempre, en donde lo asesinaron entre varios, uno de ellos fue Maximino Ávila Camacho, de dicha estirpe viene Manuel Camacho Solís y Yedckol Polensky (a) Citlali Ibáñez Camacho; esas ordenes provenían del mas alto nivel norteamericano (Woodrow Wilson, presidente de EEUU y su jefe de inteligencia en México, George Cupples Carrothers, el tycoon de los medios Randolph Hearst, las familias chihuahuenses de los Creel y los Terrazas, y Álvaro Obregón). Desde este ángulo inició la contra-revolución que estamos viendo, hubo periodos de avance económico con los sonorenses, ni duda hay, y luego con Alemán, Lopez Mateos, Echeverria y Lopez Portillo. Después vino la oscuridad neoliberal y ahora falangista y genocida del PAN, 17 mil muertos en tres años de desgobierno al puro estilo Huerta --el chacal de Madero y Pino Suárez--, así de esta conspiración que terminó en los Acuerdos de Bucareli de 1923 (negociados por el padre de Víctor Urquidi, este nacido en Francia, debido a que huyeron de los agentes carrancistas que los querían asesinar y luego los delahuertistas que se dieron cuenta de la gran traición de Obregón) en donde México (Obregón) decretaba por 50 años el atraso económico pues México se abstendría de desarrollar sus industrias petrolera, gasera, minera, siderúrgica, ferrocarrilera, aérea y portuaria. Echeverria en 1973 declaraba prescritos dichos acuerdos y de repente se sueltan conspiraciones de izquierda y de derecha y hasta guerra bacteriológica y biológica, para derrocarlo por el atrevimiento, además confisca las tierras del Rancho Bavicora de Chihuahua de la Familia Hearst, expropiada desde 1916 por Carranza, y ahí se funda el municipio de Gómez Farias, tierra llena de oro, maderas finas y agua abundante, lo mismo hace de las grandes extensiones del norte de Coahuila en manos norteamericanas. Años después Carlos Salinas modernizaría los Tratados de Bucareli y los incorporaría en el TLCAN o NAFTA de 1994, y como entonces, estamos maniatados, sin crecimiento, dándole todo a las trasnacionales y especialmente al Bushismo. La Historia es la Madre de las Ciencias Sociales, y poco hemos aprendido de ella….Dr. Juan Ramón Jiménez, investigador, economista, coahuilense radicado en el DF. (Un abrazo de Año Nuevo, Juan Ramón es un destacado militante de la izquierda mexicana, de la izquierda ilustrada).



México, DF, sábado y domingo 16 y 17 de enero, 2009

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